William Sánchez Aveiga es un cristiano convertido, que decidió ser hijo de Dios, y no solo una criatura más, cuando tenía 22 años. Fue bautizado por el Dr. Miguel Lecaro Tobar en la Iglesia evangélica Alianza en el año 1981.
Ha trabajado desde su adolescencia como publicista, ejerciendo como diseñador, ilustrador, y director creativo. Es gerente y propietario de Interpublic Cía. Ltda., la cual fundó en 1990. Tiene un título de Abogado de los tribunales de la república del Ecuador, con mención en Derecho Civil, por la Universidad Católica de Guayaquil, en la que se graduó con honores.
Tiene además un Diplomado en Comercio Exterior y el Reconocimiento como Embajador de la Cultura Universal en el Ecuador por el Ministerio de la Cultura Universal.
Fue durante dos años columnista titular de diario El Telégrafo de Guayaquil, en el que escribió sobre temas de valores familiares y sociales. Ha escrito cientos de artículos publicados en diversos medios, y fue director y conductor del programa de televisión “Observador Constituyente” de la desaparecida estación televisiva denominada Mundo Canal.
Su fe cristiana no ha impedido su interés por la política, en la cual incursionó como candidato a Asambleísta Constituyente en el año 2008. Su visión cristo-céntrica combinada con su talento literario, lo ha llevado a escribir varias reflexiones y pensamientos en verso y en prosa, que serán material de próximas publicaciones.
Está escrito con el propósito de ser una herramienta de soporte para todos los rescatados por Cristo Jesús, y aún para aquellos que quieran, desde ahora, ser parte de la familia celestial de Dios.
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Es un libro escrito con el propósito de despertar la conciencia del hombre que cree en Dios; sus temas y versos tienen el objetivo de desafiar al lector para que piense con mayor profundidad de lo que a diario hace, con frases creativas, a veces profundas o provocativas.
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Una obra que expone diversos aspectos de la vida, tanto positivos como negativos, que todos conocemos porque son parte de nuestra vida y nosotros somos parte de cada uno de ellos. Pero cuando son contados en rimas, cobran colorido y encanto, tornándose más profundos. La vida en Rimas es una manera diferente de contar lo que todos sabemos de una forma simple; es ponerle color a un cuadro que siempre hemos visto en tonos grises.
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